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Mittwoch, 9. Mai 2012

El Clima / tiempo de la historia


Este es el patético intento, de hacer algo que hago todos los días en una lengua extranjera (alemán), también hacerlo en español (mi lengua materna). Es increíble que que me es más fácil redactar en la lengua extranjera que en mi propio idioma, pero así es. De todos modos la pongo aquí, de seguro que la ortografía también es una catástrofe. Cuando me atreva otra vez a violar el idioma, tal vez me resulte mejor y entonces se puede controlar el progreso.


El Clima de la historia


Adrián estaba parado frente a la ventana en su cocina, en sus manos sostenía una taza de café. En sus pensamientos habían surgido en esta mañana recuerdos, que lo habían transportado a un tiempo ya lejano. Sus ojos los mantenía cerrados y los rayos de Sol que traspasaban el vidrio de la ventana, le calentaban el rostro. Eran las ocho de la mañana, un día más, que sin duda no sería diferente a los anteriores.

Adrián se dio media vuelta y tomó un sorbo de café, los Croissants frescos que estaban sobre la mesa, no pudieron atraer su atención. En perdido en sus recuerdos, vivía el de nuevo otro día lleno de sol cuatro años atrás. En esta cocina había desayunado el con su esposa, aquí se habían visto la ultima vez, el se despidió y tres horas después ella había muerto.

Tal vez, debiera el llevarle algunas flores al cementerio, pero Adrián evitaba ir allí, el no quería confrontarse con la realidad.

Todavía perdido en sus recuerdos, se acerco a la puerta de vidrio que daba al jardín, donde se encontraba un Termómetro aderido al vidrio. 27°, un día casi caluroso, pero el tenia que pasar el día en el Instituto. Quizá, pudiera el convencer a Sandra de trasladar el trabajo a afuera.

Sandra, una nueva imagen desplazo sus recuerdos de su difunta esposa, ellos podrían faltar los dos al trabajo,  montarse en el coche y manejar hasta que se gastare toda la gasolina.

Podrían ir a Büsum, disfrutar un día en la playa. Adrián se volvió a la ventana, su mirada se dirigió al cielo que se presentaba claro y despejado. Nubes blancas migraban lentamente sobre el fondo azul presentándose en formas exóticas.

Adrián miro su reflejo en la ventana, el estaba ya listo para el trabajo. Como podía ser capaz de seguir estos pensamientos? Sandra se había convertido en una buena amiga, pero nada más, ella ...... el debiera ..... ella no querría .... no había nada que hacer, el se confeso que la amaba, al mismo tiempo acepto que Sandra no querría empezar algo con un hombre que llevaba más equipaje que un aeropuerto.

Adrián puso la taza en el fregadero, cogió su cartera de Archivos y sus llaves y se hizo al camino para su trabajo.

El calor que le llegaba atravez de la ventana del coche, le hacía pensar en Sandra todo el transcurso de el pequeño viaje, la imagen de una playa aislada surgió de el vacío, los dos haciendo un picknick , dándose de comer el uno al otro, intercambiando caricias. el estaba parado en el semáforo y en su sueño vivo el cabello de Sandra acariciaba su rostro.

La bocina de un carro, le arrebato de sus pensamientos, Adrián regreso a la realidad. La luz se había vuelto verde, el apretó el pedal con el pie derecho y acelero al mismo tiempo se regaño a si mismo. Era loco estar soñando con playas y prados de flores silvestres, Sandra no estaba admitiendo que el, un viudo que de la una o otra manera aún lloraba por su esposa muerta.

Como si el tiempo se adaptara a su cambio de humor, cayó una gota de agua sobre el parabrisas, Adrian miró la pequeña huella que la gota dejó al seguir el camino hasta abajo de el vidrio, se sentía como que una bofetada le hubiera traído al presente. El se inclinó hacia adelante y miró confundido hacia el firmamento que todavía se presentaba en un azul fuerte, iluminado por el sol. Dando la apariencia de que el cielo quisiera borrar su escepticismo, cayeron dos gotas más sobre el vidrio.

Sandra pisó el acelerador, el camino de su casa al instituto, no era tan largo, ella había decidido ir a pie, pero la lluvia la obligó en ultimo minuto a conducir el coche. El cambio, le era incompresible, el sol brillaba en el firmamento y de un momento al otro empezó la lluvia, peor erá que ahora también estaba tronando, Sandra le tenía un gran pavor a los truenos y los relámpagos. Se imprimió el pedal del acelerador más a sabiendas de que la policía la detendría si la veía alguna patrulla.

Cuando Adrían llegó al instituto, Sandra ya estaba allí, el tomo el paraguas que siempre tenía en el asiento trasero de su coche y se salió, ¿por que no se sale Sandra de el coche? El abrió su paraguas y emprendió lentamente el camino al sitio donde había parqueado Sandra. Ella estaba sentada con los ojos cerrados y sus manos entrelazadas con firmeza en el volante los dientes los mantenía apretados con mucha firmeza. Adrián toco corto la ventana pero Sandra no reaccionó. Entonces, el abrió la puerta y se acuclillo

"¿Qué está pasando"
"Tormenta, odio las tormentas"
"Salite," él tomó su brazo

Sandra se dejo sacar de el coche sin protestar y Adrián sacó la llave y cerro la puerta, el le puso a ella un brazo por el hombro y emprendió el corto camino a la entrada de el instituto, en ese momento un rayo ilumino el cielo que ya estaba completamente gris oscuro. Sandra se dio vuelta buscando protección en los brazos de Adrián, cerró los ojos y se aferro de el como quien se está ahogando se aferra a un trozo de madera que se encuentra flotando sobre el agua.  Adrián la abrazó y empezó a hablarle tranquilizadóramente en el oído.

"No te preocupes, no te va a pasar nada"
"Mh" Sandra no estaba para conversaciones largas.
"No voy a dejar que te pase algo, ya casi estamos en la puerta", Adrián trató de alejar los pensamientos impuros que este abrazo forzado traía a su mente.
Una grata calidez inesperada se levantó en él y le dio la esperanza de que la tormenta se quedara para siempre. Un nuevo relámpago, seguido por un trueno alto fue la respuesta a sus esperanzas.

"Vamos ahora, ¿de acuerdo?" con poco entusiasmo, trató Adrián de soltarse de el fuerte abrazo de Sandra, de otra manera nunca iban a poder entrar en el instituto pues a el le era imposible dar un paso en esa situación.  y si pudiera volver a respirar, no estaría mal.
"MH" Sandra se apretó más estricto a él

"Cariño, queremos entrar si tú no me aflojas un poco, no puedo moverme de este sitio.

“Mh” fue lo unico que ella pudo contestar, todo su cuerpo temblaba y su mente sólo podía seguir un pensamiento - el me va a proteger –

Adrián jamas se hubiera imaginado, que Sandra podría poner más fuerza en su abrazo resultado por el pánico. En otras circunstancias el hubiera querido detener el tiempo, pero las circunstancias en que se encontraba, necesitaba que ella lo soltara por un momento. Su cara ya empezaba a verse también un poco cianótica.

"Por favor, querida suéltame un poco", el trató suavemente de forzarla para conseguir que ella lo soltara.

 "MH" Sandra, enterró la cabeza en el pecho de Adrián.

Adrián tuvo que admitir que no tenía sentido alguno tratar de convencerla, voluntariamente ella no lo iba a soltar, pero quedarse en el parqueo tampoco podían. El soltó su paraguas, puso sus manos a su espalda y arranco los brazos de Sandra de su cuerpo. Antes de que ella pudiera reaccionar, el la levantó y la llevó al interior de edificio.  Sandra puso sus brazos inmediatamente al rededor de su cuello y Adrián sabía que no iba a tener la fuerza de escapar una segunda vez de esas suaves garras.

Adrián emprendió el camino directo a su oficina y se sentó con ella en el sofá de color rojo-marrón que el tenía allí. El se sentia muy mal, el no quería que Sandra sufriera tanto pero aunque trató de evitarlo, el disfrutaba la cercanía que se le ofreció tan inesperadamente.

Tan repentinamente como había empezado, la tormenta, así de repentino se desapareció, y Sandra se recuperó rápidamente de el ataque pánico en que se encontraba. Avergonzada se soltó de Adrián. el la miró un Momento, sus cejas estaban fruncidas, Sandra parecía haber vuelto a la realidad.

"Lo siento, yo no ... no tenias que .... Lo siento, "la cabeza de Sandra estaba baja, no se atrevía a mirarlo. Adrián le puso el dedo índice de su mano derecha bajo la barbilla y levantó su rostro hasta que tuvo contacto con sus ojos "no hay nada porque pedir disculpas, no a pasado nada", lentamente se inclinó hacia adelante y le dio un tierno beso sobre los labios que se encontraban ligeramente abiertos.

"Tengo que ponerme algo seco” Adrián trató de ocultar que se sentía avergonzado por lo que había hecho, tienes algo en tu oficina que puedas usar? ¿O quieres una camisa de las mías hasta que la ropa esté seca? "

"Yo .....yo tengo en mi oficina con un traje, sin embargo, gracias ", Sandra estaba muy confundida, el beso le había agitado y el pensamiento de ponerse una de sus camisas la puso más confusa, era una confusión eufórica.Sandra se levantó y salió de la oficina de Adrián.

Adrián por su parte, se quedo parado en la misma, su mirada permanecía fija en la puerta donde ella había salido. En su pensamiento siguió el camino que Sandra recorría hasta llegar a su oficina
.
"¿Qué estaba pensando el cundo cometió la torpeza de besarla?" Adrián se deseaba dar  una bofetada, el no quería que Sandra ganara la impresión de que el quería algo de ella, que ella nunca podría aceptar.



 

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